Huarandoza

Hace poco escribíamos sobre la entrega y el darse a los demás, también de Alberto Hurtado, y constantemente compartimos apuntes, notas, ideas, sobre ese tema . Pero esto es algo diferente...

Cuentan que cierta vez, un muchacho que buscaba por el mundo el mas grande de los consejos, la mas brillante de las sabidurías, se había hastiado de dogmas, credos y rezos, deseaba con todo su corazón entender el secreto que otorgaba felicidad y lo ayudase a comprender mejor la realidad humana, a descrifrar mejor los textos Sagrados y así vivir plenamente. Encontrándose con un hombre que tenía fama de sabio, le comentó tímidamente todas sus dudas y el sabio mirándolo con cariño al mismo tiempo que sonreía cálidamente le dijo: "Ama a tu prójimo como a tí mismo", lo demás es comentario... si a los textos Sagrados le quitas la Misericordia y el Amor de Dios, sólo te quedará la tapa.

¿Cuántas veces olvidamos eso?, olvidamos la importancia de comprender al mundo que se ensancha mas allá de nuestros ojos, decimos: "ellos son como nosotros", en vez de decir: "nosotros somos como ellos"...

Huarandoza, es un lugar impactante, ubicado en la Región de Cajamarca, provincia de San Ignacio, un sitio que combina un hermoso paisaje con una calidez humana que sobrecoge. Pero al mismo tiempo es una experiencia de crecimiento, de autoconocimiento y conocimiento de Cristo.

Todos los años, aquellos muchachos que están pensando en ser Jesuitas acuden a este lugar, de todas partes del país, conviven un mes, salen de dos en dos, sin ninguna otra seguridad interna que el deseo de seguir a Cristo, van por los caseríos y anuncian la Palabra, viven con los pobladores, viven como ellos, son uno de ellos.

No es nada fácil, aprendes incluso hasta cuando crees que eres tú el que iría a enseñar, aprendes a valorar cómo es que llega la comida a tu plato, lloras con las miserias, sonries con las ingenuidades y la inocencia, amas la candidez y el calor de un hogar sencillo, ves a Cristo en los demás, y aunque muchos descubren que son inútiles como para sostener una pala, aceptan esa inutilidad, aceptan sus limitaciones, callan y aprenden de un niño, sí, a veces un niño de 4 años puede enseñar algo que nunca aprendiste, a trabajar con el sudor de tu ser para poder vivir.

Ves a Cristo en los demás, vives en comunidad, te descubres a tí mismo, descubres a Nuestro Padre diciéndote a través de los amigos, la naturaleza y  la gente, qué es lo que quiere de tí, diciéndote què es lo que desea para tí... y tú te dejas llevar en sus brazos.

Huarandoza, definitivamente un lugar para crecer.