“El Espíritu Santo descenderá sobre ti, María; no temas, concebirás en tu seno al Hijo de Dios”
Cuánta humildad de nuestra hermosa Madre, cuánta dulzura y prontitud en decir "Sí" al Señor, sabe que nadie la entenderá, sabe que si José no la comprendiera, todos la repudiarán... pero ella confía, no teme al mundo, y por eso el cielo la aclama como Madre nuestra, de toda la creación.
¿Cuántos de nosotros ante la disyuntiva de obedecer a Dios o comportarnos según los hombres, elegimos lo segundo?, justo cuando Dios necesita de nosotros para ser el camino por el cual Él se acerque al mundo, nosotros optamos por no escucharlo, o fingir que no lo oímos.
María, debió en aquel momento tener un gran presentimiento, de que aquella venida de Dios al mundo, no sería precisamente bien recibida por los hombres, quizás nuestra Madre pudo prever la parábola de los trabajadores que mataron al Hijo del Dueño, debió ver a sus millones de hijos crucificados, perseguidos, sufrientes, ¡cuánta carga para una jovencita!, sin embargo ella obedece, tan grande es su amor, que acepta ser Madre del Amor encarnado.
María, ¡cuán grande es tu amor y cuán poco lo hemos retribuido!, tú madre, eres la esclava del Señor, en el silencio de la oración imploras nuestra conversión, suplicas al Señor por tus hijos, se los acercas y meces en tus tiernos brazos, nunca los abandonas, porque Dios te ha hecho Madre de esta humanidad sufriente y rescatada por tu Hijo.
Estamos en tiempo de Adviento, en vísperas del milagro más grande de la historia, la encarnación del Amor de Dios, porque eres tú María quien nos trae al Señor, la hija predilecta del Padre, se convierte en Madre de su Hijo Unigénito, habido en la eternidad y venido a lo temporal para salvación de toda la humanidad... derramando su propia sangre, mientras tú, madre derramabas lágrimas sobre la cruz...
Pero en este tiempo,queremos recordar la alegría inmensa de quien es bendita sobre todas las mujeres, alegrémonos pues, por el "Sí" de María, esa respuesta que abre a Dios su entrada en el mundo de los hombres.
Cerremos los ojos por un momento y disfrutemos con nuestra madre su gran regocijo por sentirse madre, por sentir la vida latiendo en su interior, porque no sólo latía la vida del hijo de Dios en su vientre, sino que por medio de Él, latía también la vida de la humanidad entera.
Finalmente, quiero compartir una parte de la letra de una hermosa canción, que dice: "el regalo más hermoso que a sus hijos da el Señor, es su madre y el milagro de su amor"... Agradezcamos a Dios en este tiempo, por ese regalo, a María agradezcamos haber aceptado entregarse sin condiciones, y pidamos que nos aliente en nuestra entrega, para que nuestros labios digan también "he aquí que somos esclavos del Señor, que se haga según Su voluntad"...
ANGELUS:
ResponderEliminarD: El Ángel del Señor anunció a María.
T: Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te Salve María llena eres de gracia ...
D: He aquí la sierva del Señor.
T: Hágase en mí según tu palabra.
Dios te Salve María llena eres de gracia ...
D: Y el Verbo se hizo carne.
T: Y habitó entre nosotros.
Dios te Salve María llena eres de gracia ...
D: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
T: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
D: Oremos
Derrama Señor tu gracia sobre nuestros corazones y concede a quienes hemos conocido por el anuncio del Ángel la Encarnación de tu Hijo, que por su Pasión y su Cruz alcancemos la gloria de la Resurrección. Por el Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén