de una fonda en Belén y un posadero.
—¿No habrá una habitación para esta noche?
—“Ninguna cama libre. Todo lleno”.
—“Ninguna cama libre. Todo lleno”.
Y Dios pasó de largo
¡Qué pena posadero!
Todo hubiera empezado, de otro modo;
las estrellas columpiándose por tus aleros;
los ángeles cantando en tus balcones;
los Reyes perfumando tu patio con incienso,
y en tu fonda el divino alumbramiento.
Pero: —“No queda sitio, ni una cama; lo tengo todo lleno”
Y Dios pasó de largo
¡Qué pena posadero!
Tu casa es un trasiego trashumante
de gente que va y viene, sin arrimo ni apego.
Hoy hubieras tenido un huésped fijo.
Entra de huésped Dios; y acaba en Dueño.
Viene por una noche y su amor es ya eterno.
Pide una sola cama, y te ocupa, después todos los lechos.
Pero: “No queda sitio, ni una cama; lo tengo todo lleno”.
Y Dios pasó de largo.
¡Qué pena posadero!
Hubieras liquidado, por cierre, tu negocio.
No hay sitio para huéspedes, cuando Dios está dentro
Dios va ocupando cámara tras cámara,
hasta invadir el corazón entero.
Cerrarías la fonda, pues Dios te reclamaba
toda tu casa para el Evangelio.
Pero: “No queda sitio, ni una cama; lo tengo todo lleno”.
Dios pasó de largo.
¡Qué pena, posadero!
Tienes razón: hubieran surgido compromisos
con Herodes. Registros, y pesquisas. Y arrestos.
Y así la policía nunca turba tu fonda.
Estás muy bien situado, con clientes y dinero.
Pero perdiste a Cristo,
perdiste el Evangelio.
“Ya no me queda sitio. Lo tengo todo lleno.”
Y Dios pasó de largo.
¡Qué pena, posadero!
Tienes razón: hubieran surgido compromisos
con Herodes. Registros, y pesquisas. Y arrestos.
Y así la policía nunca turba tu fonda.
Estás muy bien situado, con clientes y dinero.
Pero perdiste a Cristo,
perdiste el Evangelio.
“Ya no me queda sitio. Lo tengo todo lleno.”
Y Dios pasó de largo.
¡Qué pena, posadero!
El Evangelio empieza ante la puerta
de una fonda de Belén y un posadero.
Y el Evangelio sigue reclamando hospedaje:
“Sólo para esta noche”. “No hay sitio: todo lleno”.
¿Será mía la fonda?
¿Seré yo el posadero?
La mano que me llama a mi puerta,
¿no sería la estrella de Belén con serrín de carpintero?
Si ya no tengo sitio. Y si esta todo lleno.
Si Dios pasó de largo...
¡Qué pena posadero!
Si ya no tengo sitio. Y si esta todo lleno.
Si Dios pasó de largo...
¡Qué pena posadero!
No hay comentarios:
Publicar un comentario