
Estar en el servicio con otros es un regalo. Servimos en la Iglesia junto con laicos, religiosos, con los miembros de otras religiones y con todos los hombres y mujeres que buscan y trabajan para vivir en el mundo como hijos de Dios. Ante tal fin queremos tener el corazón disponible y despejado, el equipaje ligero para ser enviados allí donde mejor podamos servir.
"El jesuita camina por la vida con UN CORAZÓN DE PEREGRINO..."
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