12 de marzo de 2010

Elección de Carrera (fragmento)

Señor, ¿qué quieres que haga?

La luz divina es necesaria para conocer nuestro camino, ese camino nos ha sido señalado por el Señor. El ha dado un fin y una misión bien precisa a todos los seres que ha creado.

Los astros inmensos que cruzan el firmamento, no menos que los animales que pueblan las selvas y hasta el microbio invisible a los ojos humanos, tienen una misión que cumplir. El pájaro no ha sido hecho para sumergirse en el mar, como el pez no está llamado a vivir fuera del agua. Más aún, cada astro en particular, cada animal, cada insecto, cada planta, tiene su propia finalidad.

¿Escapará únicamente el hombre a esta ley general del universo? ¿Será el rey de la creación el único que no tenga una misión propia que realizar? Tal hipótesis es absurda. ¿Cómo va Dios a desinteresarse del hombre a quien, además de criatura, llama su hijo? Toda la revelación cristiana está llena de esta hermosa idea: somos hijos de Dios por la gracia, hijos muy amados, de cuya suerte se preocupa.

San Alberto Hurtado

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