
Recientes ataques en el centro de Kabul han sido dirigidos a personas de nacionalidad india, y después del sangriento atentado del 26 de febrero que costó la vida a 16 personas, entre las cuales se encontraban 7 Indios, se ha discutido seriamente, también dentro de la Compañía, si los jesuitas deben permanecer en Afganistán.
El gobierno de la India ha suspendido varios programas que habían comenzado en el país, y muchos hombres de negocios y organizaciones no-gubernamentales indias han dejado Kabul. Los jesuitas y sus colaboradores, que constituyen el mayor grupo católico en Afganistán, han decidido no sólo permanecer en el país sino ampliar sus programas. "Estoy convencido de que el Espíritu Santo fortifica y guía a nuestros hombres en esta difícil misión", ha dicho el P. Edward Mudavassery, responsable de más de 4.000 jesuitas que trabajan en Asia Meridional entre los cuales se encuentran los que están en Afganistán. El P. Mudavassery se mantiene en estrecho contacto con ellos.
"Los jesuitas son conscientes del clima de inseguridad que reina en el país, pero ninguno de ellos permanece allí por solo mandato de los superiores: todos han decidido voluntariamente permanecer allí para contribuir a la mejora de la situación", ha añadido el P. Mudavassery. El P. Kalapura, que trabaja con otros jesuitas en la zona de Herat, ha dicho que su zona está bastante tranquila y "por el momento no estamos bajo ninguna amenaza, aunque en Afganistán cualquier cosa puede ocurrir en cualquier momento".
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