21 de octubre de 2010

Testigos de tu Evangelio


Señor Jesús, al mirar esta tierra tuya

tan falta de obreros para recoger la cosecha,

te suplicamos humildemente

que suscites entre los jóvenes de América Latina:

Apóstoles para nuestra Iglesia,

Servidores alegres para nuestro Pueblo,

Testigos generosos de tu Evangelio.

Envía, Señor, a la Compañía de Jesús,

hombres acogedores y cercanos con los que sufren,

acompañantes lúcidos de los que buscan y caminan,

amigos de los que se sienten solos y desolados,

proclamadores proféticos – con su palabra y con su vida -

de la dignidad humana y del valor de la vida;

que irradien la fuerza de tu Espíritu,

que encaminen a todas las criaturas al encuentro con el Padre,

y que en una profunda identificación contigo,

y llenos de celo por tu mayor Gloria,

trabajen por la extensión de tu reinado desde la fe y la justicia.

Te lo pedimos por la intercesión de María, nuestra Madre,

y de todos nuestros hermanos jesuitas que gozan de tu presencia.

Amén.

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